Está claro que todos queremos dejarles a nuestros hijos un planeta más limpio y menos contaminado, y por ello se están explorando nuevos materiales sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Es el caso del PLA y el CPLA.
El PLA (ácido poliláctico), es un material biodegradable muy parecido al plástico, pero respetuoso con el medio ambiente. Es un polímero biocompostable derivado del ácido láctico que se consigue a partir de almidones vegetales, como la fécula de maíz, el trigo o la remolacha. Este material se produce mezclando con encinas los almidones que se extraen de estas plantas y fermentándolas con los microorganismos del ácido láctico. Estos almidones no son aptos para el consumo humano y suelen proceden de los residuos del cultivo de esos vegetales, por lo que su fabricación no supone un consumo extra de los recursos naturales. Además, este material se degrada muy fácilmente en escasas semanas con agua y óxido de carbono.
El CPLA (ácido poliláctico cristalizado), es una variación del PLA que le permite soportar altas temperaturas. La cristalización de este componente permite hacerlo resistente a mayores temperaturas (hasta 85º). Al proceder del PLA es un biopolímero que sigue siendo biodegradable. El aspecto de ambos materiales es algo distinto, el PLA es transparente mientras que el CPLA presenta un color blanquecino.
Estas materias primas son perfectos sustitutos del plástico, ya que tienen características similares, pero son respetuosos con el medio ambiente.
El Ácido Poliláctico y el Ácido Poliláctico Cristalizado comparten procedencia, pero difieren en sus características.
Por un lado, encontramos el PLA cuyas características son:
Es biodegradable y compostable, por lo que debe ser depositado en el contenedor de materia orgánica.
Es ideal para comidas y bebidas frías, pero no soporta temperaturas superiores a 40°C.
Es transparente y rígido, por lo que tiene una apariencia muy similar a la del plástico
Por otro lado, las características del CPLA son:
Está diseñado para resistir altas temperaturas, (hasta los 85°C), aunque no tanto como para ser utilizado en horno o microondas.
A diferencia del PLA, no es transparente. Es opaco y tiene un tono blanquecino.
Es un material biodegradable, igual que el PLA.
Cualquiera de las dos es una opción muy valida para sustituir al plástico, evitando residuos contaminantes, dañinos para el planeta, y evitando también el abuso de los combustibles fósiles. En Only One Packaging podrás encontrar una selección de cubiertos de estos materiales.